Las Decoraciones
La producción cerámica vasca es de gran sobriedad, principalmente utilitaria y funcional. Su mayor riqueza ornamental y formal se dio durante los siglos XVII, XVIII y XIX. Decoraciones en verde y marrón manganeso sobre blanco de estaño aparecen en la mayor parte de las alfarerías de Álava, Guipúzcoa y Vizcaya. Azul sobre el mismo esmalte blanco es muy abundante en alfarerías de Hijona, Erenchun, Eguileta y Vitoria en Álava y Marañón en Navarra. Las decoraciones en verde y azul también están muy extendidas.
La utilización de estos colores se extendió muy probablemente río Ebro arriba, procedentes de los talleres aragoneses y quizás levantinos. Posteriormente y ya en el s. XX, hay una casi total ausencia de decoraciones, exceptuando los recipientes destinados a uso religioso y cofradías.
Sabemos de la existencia de más de 50 centros alfareros en todo el País Vasco durante los s. XIX y XX, con una gran producción. La Revolución Industrial, el descubrimiento y proliferación de objetos plásticos y nuevos materiales, supusieron la casi total desaparición de las alfarerías.